Carta desde la cárcel de Jaén de Santi Rodríguez Muñoz : Mucho sobre la camada borbónica y nada sobre los miles de torturas que han realizado.

Foto. «Santiago Rodríguez Muñoz. Preso político GRAPO».

Cartas desde prisión

Santiago Rodríguez Muñoz

Cárcel de Jaén 24-XI-2019

«Me entregaron hace poco tu carta del 3 de Octubre. …Ni a tí ni a los millones de trabajadores que en nuestro país corren parecida suerte, va a ayudar en nada la formación de un nuevo gobierno, tras el último sainete electoral que hemos sufrido. Desde el espantajo de la ultraderecha, para obligar al personal a escoger entre policía bueno y policía malo, al «empoderamiento» del oportunismo podemita, definitivamente ungido al carro socialfascista del PSOE, lo que aquí se destaca es la crisis política galopante que afecta al sistema de partidos, asegurando la inestabilidad permanente y la ingobernabilidad.
En aras de seguir conduciendo a las masas al redil de la institucionalidad del régimen, han tenido que multiplicar la oferta: distintas etiquetas para en el fondo idénticas mercancías políticas.
Todo obrero consciente sabe que de la mano de los representantes electos de las diferentes facciones del partido único del capital, tan solo cabe esperar más de lo mismo: Explotación y fascismo. Y cambios también: siempre a peor.

Del carácter sumamente reaccionario de la oligarquía española, verdadera detentadora del poder económico y político, da buena cuenta el reiterado intento de los reformistas podemitas de alcanzar posiciones de gobierno, para desde allí mejor servirla. «Unidas Podemos», nuevo adalid de la constitución monarco-fascista, pretende salvar el régimen de sí mismo, pese a lo cual el régimen ofrece las mayores resistencias debido a que no le complace verse auxiliado por rojos tan peligrosos. Pero el reformismo ramplón de los morados, y no digamos ya el de los galosos, estafadores políticos mucho más avezados, poco puede hacer para aliviar la crisis integral que recorre de parte a parte al Estado fascista español. De modo de parte a parte al Estado fascista español. De modo que seguirá su curso la ley de hierro que lo atenaza: es incapaz de resolver ninguno de sus graves problemas de fondo, tan solo puede postergarlos al precio de agravarlos.

Dibujo M.P.M. «La tortura es lo que queda» (mujer desnuda, encapuchada y atada a la espalda)

Por bien conocidos, es innecesario enumerar tal cúmulo de problemas. Aunque no puedo evitar dedicarle unas líneas al último de todos ellos, la guinda del pastel, que lleva por apellido Villarejo. Para encuadrar este fenómeno correctamente no conviene olvidar, en primer lugar, que el régimen encuentra su mejor acomodo en la crisis permanente, convertida en su modo natural de existencia. En segundo lugar, que cuenta con poderosos medios materiales y humanos, entre los que se hallan grandes aparatos de intoxicación ideológica y desinformación. Especializados en transformar lo banal en trascendente y viceversa, con la misma alegría que le prestan la mayor cobertura a las pamemas protagonizadas por la última camada borbónica, envueltas en la babosería habitual, no le dedican ni una sola línea al «Informe sobre la tortura y malos tratos en el País Vasco entre 1960 y 2014» publicado hace un par de años tras ser elaborado por una institución pública siguiendo la metodología científica empleada por la organización de naciones unidas, y que arroja un balance de más de cuatro mil personas comprobadas que fueron objeto de torturas a lo largo de las fecha indicadas. Y esta cifra espantosa, una primera aproximación que no da la medida completa del empleo sistemático de esa práctica para el conjunto del país durante el mismo periodo, certifica la comisión de miles de delitos de delitos de lesa humanidad por parte del Estado terrorista de la burguesía sin que, a lo que se ve, presente el necesario «interés informativo».

Puesto en cierta perspectiva el asunto, lo que diferencia al «Caso Villarejo» y la convierte en una poderosa carga de profundidad contra el régimen, es el gran volumen de información incautado al multicondecorado comisario, verdaderamente ingente. Hay que tener en cuenta que todo lo conocido hasta el momento, ya sustancial de por sí, se corresponde con los tres Terabyte desencriptados por la policía. El resto del material, otros treinta y tantos teras (diez veces más), ha tenido que ser desencriptado pro el «Centro criptológico nacional», dependendiente del CNI. La mejor forma, se dirá y es cierto, de que las informaciones más comprometedoras se hayan quedado por el camino. Pero aún así, lo relevante del caso, es necesario insistir en ello, no es solo la calidad de los mismos, y de cómo esa cantidad habrá de transformarse en una avalancha informativa que empalidece cualquier escándalo anterior. No cabe duda de que todo ello supondrá un alto coste al régimen monarco-fascista.

Y es que el insigne comisario, ya para concluir, encarna en su persona los principales rasgos de la seudodemocracia que heredamos del verdugo Franco, como si de una perfecta condensación se tratara. Sus grabaciones recogen la verdadera catadura moral de los amos de la barraca: banqueros y empresarios, y de la legión de esbirros que les sirven: Jueces, periodistas, pistoleros procedentes de los distintos cuerpos represivos, políticos, funcionarios públicos de diversa procedencia y pelaje… Esas cintas reúnen el colmo de la codicia, la impudicia y el terror desplegado contra la clase obrera en nuestro país a lo largo de las cuatro últimas décadas. Bien pueden afirmar sin ningún empacho los amos y sus cómplices que los últimos cuarenta años han sido los de mayor prosperidad y estabilidad en la historia de España. Villarejo es su testigo y fiel notario.

Y ya no te aburro más. Aprovecho para trasladaros nuestros mejores deseos para el próximo 2020. Y también para abrazaros fuerte.

Santi

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